Las nuevas tecnologías han supuesto una revolución en las aulas. Esto es una realidad innegable como lo es su rápida evolución en el tiempo. Por eso, es vital adaptarse al cambio digital y enfocarlo como una nueva herramienta positiva que contribuye a un aprendizaje más autónomo fomentando el trabajo colaborativo, la motivación e incluso la creatividad.
Lejos quedaron los tiempos en los que los profesores de biología llevábamos el órgano de un animal al colegio para que los alumnos lo diseccionasen. Tan lejano como esos años en los que una réplica del esqueleto humano cogía polvo en la esquina del aula hasta que era utilizada para estudiar anatomía, o en los que había que golpear dos borradores entre sí para quitar las partículas de tiza.
La innovación tecnológica ha impulsado un cambio educativo en todos los niveles que comenzó con la informatización de las aulas en la década de los 90 pero que, a día de hoy, no podemos saber cuáles serán sus límites debido al enorme abanico de oportunidades que ofrece, desde el uso del ordenador y las pizarras digitales hasta la robótica, pasando por el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles o la creación de videojuegos a través de la programación.
Si una cosa está clara es que los adolescentes han crecido en la era digital y las TIC forman parte de su vida y de su aprendizaje, como lo era para nosotros aprender a escribir o a leer. Y todos nosotros, docentes y demás personas que participamos en el proceso educativo, tenemos el deber de avanzar con ellos de la mano hacia un futuro digital, en el que la búsqueda por mejorar el aprendizaje trae consigo la tarea de involucrar la tecnología en la educación. Para que esto sea posible, es necesario romper con los medios tradicionales y dar paso a un nuevo perfil de docente que necesita formarse y actualizarse.
Yo lo tuve claro y no dude en sumarme al reto digital. Era necesario un cambio metodológico en la enseñanza. Era vital encontrar una manera de recuperar la motivación de los jóvenes por el aprendizaje. Las nuevas tecnologías han conseguido crear un modelo educativo mucho más atractivo para los alumnos y, desde mi punto de vista, también para los docentes.
Las TIC te abren infinitas posibilidades para enseñar de manera ágil y mucho más dinámica con el uso de nuevos recursos. En mi caso, las nuevas tecnologías me han ayudado a potenciar la interacción con los alumnos y a disfrutar doblemente de mi profesión. Aunque podría citar muchos ejemplos para explicar de qué manera uso estos recursos en mi día a día, me gustaría resaltar las clases de programación computacional creando videojuegos, el diseño y creación de robots o las simulaciones con diferentes programas de neumática, hidráulica y electricidad. Recursos que me han permitido transformar conceptos y lecciones de diferentes áreas como matemáticas, biología o física en proyectos innovadores y motivantes para todos.
Sara García Aldea
Profesora de EducaciónSecundario
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