975 211 159 trilemasoria@fundaciontrilema.org

Esta semana se me ha encomendado escribir este artículo y para ello me gustaría aprovechar la celebración, concretamente el viernes 22 de noviembre, de Santa Cecilia, patrona de los músicos, para tomar conciencia de la presencia de la música en nuestras vidas.

Mamás embarazadas colocan cascos en sus barrigas para que sus bebés escuchen música, los cuales reaccionan ante este estímulo. Después, se les cantan nanas o cualquier cancioncilla para dormirles o tranquilizarles. Usamos  diferentes juguetes con música que hacen reaccionar a los bebés de manera positiva intentando imitar esos sonidos o simplemente dirigiendo su atención hacia ellos. Más tarde tocan palmas, bailan al oír música y aprenden sus primeras canciones. En Educación Infantil es muy recurrente el uso de canciones para que los niños adquieran diferentes conceptos. Aprenden canciones sobre el invierno, los números, las letras, figuras geométricas… y en la etapa superior comienzan con la asignatura de Música pero  seguro que todos recordáis utilizar la música en otras áreas como por ejemplo para aprender las tablas de multiplicar cantando.

La música está presente en todo aquello que nos rodea y nos aflora diferentes emociones. Al escuchar la radio o ver la televisión, la banda sonora de una película (algunas famosísimas)… Los villancicos en Navidad o el “Cumpleaños feliz” en nuestro día. Celebramos nuestras fiestas con música. ¿Qué sentimos los sorianos al escuchar nuestras Sanjuaneras? Parejas que tienen en común una canción especial, música que nos pone la piel de gallina o nos hace llorar. Todos tenemos nuestro cantante o grupo musical favorito y acudimos a algunos de sus conciertos con ilusión. Según nuestro estado de ánimo o la actividad que vayamos a realizar escuchamos un tipo de música diferente, al hacer deporte, para relajarnos o para acompañarnos durante un viaje.

Y yo ahora me pregunto, si tanto nos influye la música a lo largo de nuestra vida ¿por qué es considerada una asignatura “María”? Además de aprender a expresarse a través de sus pequeñas creaciones musicales, está demostrado que la Educación Musical, desde las primeras etapas de la vida del niño, influye directamente en su formación integral, ya que favorece la atención, estimula la percepción, la inteligencia, la memoria, la imaginación y la creatividad, el sentido del orden, la cooperación y la comunicación, todos ellos factores básicos en el desarrollo escolar.

Solemos dar mucha importancia a que nuestros hijos aprendan Lengua, Matemáticas o Inglés, y por supuesto que la tiene. Pero no debemos subestimar el aprendizaje de las asignaturas que favorecen la expresión, creatividad y emociones de los niños, ya que es muy probable que lo apliquen a lo largo de toda su vida.

Lorena Rubio Gracia

Profesora de Educación Primaria

Bitnami