Primero, me voy a presentar: Yo no soy soriana de nacimiento, pero lo llevo en la sangre porque mis padres sí que lo son. Formo parte de una de las familias que tuvieron que abandonar Soria para buscar un trabajo mejor, pero por cuestiones de la vida he conseguido volver a reencontrarme con mis raíces. Mi vocación inicial nunca fue ser profesora, y ¡menos de adolescentes! Pero la verdad es que siempre había estado ligada a la educación mediante: clases particulares, voluntariados, campamentos de verano… Cuando se me presentó la ocasión, dije que sí, aunque sin saber que sería el trabajo que, a pesar de sus días malos, me hace feliz, porque educar es muy enriquecedor, sobre todo cuando piensas que esas personas con las que trabajas diariamente serán el futuro de nuestra sociedad y de una forma u otra, estamos dejando nuestra semilla para crear un futuro mejor.

Y después de esta introducción, os confesaré que cuando me propusieron escribir en el blog del colegio no sabía sobre qué hacerlo y luego pensé: “Escribiré sobre qué se hace en las clases de ciencias, que tanto miedo le sigue dando a la gente”. Comenzamos:

Es lunes a segunda hora, hoy Paco (mi compañero de ámbito científico de 2ºESO) y yo trabajaremos las matemáticas juntos, porque vamos a hacer un juego en el que los alumnos tienen que resolver problemas en grupos y encontrar la respuesta entre un sinfín de opciones que les damos. Después tendrán que pegarlos de forma original y, el grupo que lo haga correcto y de forma más creativa, será el ganador del día de hoy. Los alumnos se muestran intrigados y motivados porque después de resolver los problemas colocarán el puzzle para poder ser el grupo más creativo.

Suena el timbre, después de un “minidescanso”, empezamos la clase con “La Mochila de la Ciencia”. Es una forma diferente en la que los alumnos aprendan que la ciencia no es algo ajeno, sino que es útil y práctica. En el aula hay un par de libros sobre experimentos científicos cotidianos que los alumnos se llevan a su casa, eligen el experimento que más le gusta y el próximo día de clase cuentan a sus compañeros lo que han aprendido. Cada semana entre dos y tres alumnos nos cuentan por qué les ha interesado y cuáles son sus inquietudes acerca del experimento elegido. Es emocionante escuchar a alumnos de 2ºESO hablar sobre: Schrodinger, cómo funciona un láser, el Big Bang…

Después de este espacio de tiempo, continuamos con lo trabajado el día anterior: Estamos preparando la celebración del aprendizaje. Para ello, hemos pensado entre todos que lo mejor es hacer un juego parecido al monopoli en el que cada uno de los alumnos tiene que hacer una casilla sobre un elemento de la tabla periódica y los padres, cuando jueguen, tendrán que adivinar con las pistas que le dan en el cartel (usos cotidianos, curiosidades, descripción…) de qué elemento se trata. Inicialmente, Paco y yo les propusimos otra idea, pero ellos nos hicieron la propuesta del monopoli y… “¿quiénes somos nosotros para cortarles las alas a la imaginación?”, así que combinamos ambas e ideas y nos pusimos manos a la obra. Siempre se motivan más cuando son ellos los que proponen.

El resultado fue una celebración del aprendizaje en la que todos estaban involucrados y nerviosos porque sus padres cayeran en la casilla que habían trabajado.

Y…esta es la forma en la que trabajamos las ciencias en 2ºESO. ¿Quién dijo que las ciencias eran aburridas y daban miedo?

 

Mónica Tarancón Juanas

Jefa de Estudios Colegio Trilema Soria. Profesora de secundaria.

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